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Comunicación positiva con nuestros hijos

Mediante la comunicación positiva nos unimos y vinculamos al otro a través del afecto, la confianza y la empatía.

La comunicación con nuestros pequeños va evolucionando a lo largo de nuestras vidas. A través del lenguaje que empleemos dentro de la familia transmitiremos aspectos tan importantes como sentimientos, ideas, valores, afectividad, etc. El modelo que ofrecen los padres, y la manera en que se comunican con los hijos determinan, en cierta medida, el modo en que éstos se relacionarán con otras personas.

Como padres, no siempre es fácil mantener una buena comunicación con nuestros hijos. Cada día hay más actividades y menos tiempo. Sin embargo, es importante y posible aprender estilos adecuados de comunicación que den lugar a una comunicación clara, directa y abierta. Esto facilitará el desarrollo de un clima familiar positivo que ayudará a apoyarlos en sus problemas, conocer el momento en el que se encuentran, lo que sienten y piensan, y les ayudará a entender que pueden confiar y contar con vosotros.

Existen algunas estrategias que podemos utilizar en la comunicación, que requieren de la voluntad e interés de los padres para que el espacio de comunicación sea más efectivo. A continuación, exponemos algunas de ellas:

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1- Lo primero que debemos hacer es observar y pensar sobre el tipo de comunicación que utilizas con tus hijos. Esto te ayudará a decidir si la forma en que lo haces es la forma más efectiva y si es la que quiere que él/ella utilice con los demás.

2- Escucha activa y reflexivamente cada cosa que tu hijo te diga. Es muy importante saber escuchar. Los niños que se sienten escuchados se sienten atendidos. Algunas ideas para mostrar a los más peques de la casa que estamos escuchando de manera activa son:

* Mirar a los ojos.

* Abandonar lo que estás haciendo y prestar toda la atención a lo que nos dicen. En caso de no poder hacerlo, razona con él un aplazamiento (“Dame 10 minutos y enseguida estoy contigo”). De esta manera tu hijo sentirá que es importante para ti y te aseguras mantener una buena comunicación con él.

* Háblale con el cuerpo: sonríele, míralo, asiente con la cabeza, tómalo de la mano, utiliza un tono cálido y suave.

* No interrumpas. Si quieres hablar espera a que ellos terminen.

* Responde con frases que demuestren que estás escuchando, como: "me preocupa mucho que..."; "entiendo que te sientas así..."; "me interesa lo que me dices porque...". Estas frases son más útiles que otras como: "cuando yo tenía tú edad..."; "lo que tú deberías haber hecho es..."; entre otras.

3- Es importante que como papás y mamás comuniquemos más lo que queremos que lo que no queremos. Cuando hablamos en positivo el resultado es una comunicación positiva y, por ello, asertiva y poderosa.

Por ejemplo: " Ve más despacio" tiene mucho más poder y crea una imagen más clara en la mente del niño, que decir: "No corras" en la que se crea una imagen de alguien corriendo, donde el “NO” tiene un carácter abstracto.

Comunicarse de una manera positiva previene la agresividad y el autoritarismo como único modo de resolución de conflictos, desarrolla el respeto y la capacidad personal para enfrentarse a momentos difíciles.

4- Al dar una información, busca que siempre sea de una forma positiva.

Es más fácil escuchar una crítica o un error que hemos cometido, cuando sentimos que se valoran nuestros aspectos positivos.

5- Cuando hables con ellos es importante ser coherente en nuestro mensaje y no ser contradictorios. Además, es importante que seamos constantes en aquello que decimos.

6- Obedece a la regla de que “todo lo que se dice, se cumple”, tanto las cosas que les gustan a nuestros peques como las que no y necesitamos trasladarles; eso ayudará a tu hijo a saber con certeza lo que se espera de él.

7- Antes de hablar reflexiona. Es importante ponerte en el lugar de tus hijos. Recuerda cuando tenias su edad. Comprender lo que piensan y sienten te ayudará a comunicarte de una forma más saludable.

8- Habla con ellos y no a ellos, es decir no centres en ti la comunicación. Intercambiar ideas, puntos de vista, formas de ver las cosas.

9- Utiliza preguntas abiertas que den lugar a abrir la comunicación.

Por ejemplo: "cuéntame más..."; "dime, te escucho..."; "quieres decir algo más...".

10- Expresa y comparte con ellos tus sentimientos. Esto les ayudará a entender la importancia de compartir con la familia sentimientos y emociones. En estos casos utilizar mensajes YO en lugar de los mensajes TÚ os ayudará.

Por ejemplo:

En lugar de decir: “Siempre que hablo con tu profesora me dice que no haces los deberes y te portas mal en clase”

Prueba a decir: “Me siento preocupado porque tu profesora me dice que no estás muy bien en clase. Si quieres hablar algo conmigo estoy aquí para escucharte”

11- Evita el empleo del mismo tipo de respuesta de forma sistemática para que tu hijo no piense que siempre eres autoritario, que le haces sentir culpable o que le quitas importancia a sus cosas. Si escuchas con atención los mensajes de tu hijo te darás cuenta de que en cada momento él necesita una respuesta diferente para aprender y crecer.

12- Deja la culpabilidad a un lado. Como personas que somos, tenemos derecho a equivocarnos, pero si nos sentimos culpables por ello, no seremos capaces de modificar aquello que consideramos que no hemos hecho bien.

La comunicación positiva es, desde luego, una habilidad que debemos fomentar y estimular los padres hacía nuestros hijos, ¡que son nuestro mayor tesoro!

Los padres son excelentes modelos para enseñar multitud de comportamientos. La forma en que expresamos y pedimos las cosas van a ir configurando todo un estilo de comunicación familiar que luego nuestros hijos aprenderán y utilizarán en su día a día.

Elena Manrique, Psicóloga

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