En muchas ocasiones no nos damos cuenta de la postura que adoptamos para hablar con nuestros pequeños, si siempre hablamos desde una altura superior es probable que se sientan poco escuchados y que les cueste mantener la atención, eso sin hablar de toda la información que podemos captar a través del lenguaje no verbal con la postura de la persona que nos habla.
¿Que por qué os cuento esto? Porque con frecuencia nos olvidamos de cosas que, de no ser tan cotidianas, nos llamarían la atención. Y eso me pasó hace unos días.
Hace poco llamó un señor muy alto a la puerta de nuestro Centro de Terapia Infantil, muy educado se presento y me dio la mano. Al ser tan alto, tuve que estirar mucho el brazo para responder el saludo y, mientras hablábamos, yo tenía que estar mirando hacia arriba de manera constante, en una postura bastante forzada, la verdad, que no ayudaba a que pudiera escucharle con la atención que me gustaría.
Esto me hizo pensar en la importancia que tiene hablar a nuestros peques desde la altura adecuada, es decir, poniéndonos a su altura.
Haced la prueba:
Somos nosotros los que queremos decir algo importante a alguien que está de pie encima de un banco ¿No nos sentimos poco escuchados, incluso incómodos, si no se baja del banco o se agacha un poco para escucharnos? ¿Ayuda eso a que nos centremos en el mensaje que queremos dar? ¿Beneficia la comunicación o la entorpece?
Es por esto por lo que creo que debemos prestar más atención a cómo es nuestra conversación con los niños. Y para ello os queremos explicar algunos de los beneficios de ponernos a su altura:
1- Aumenta la autoestima del niño, se siente escuchado y comprendido por el adulto.
2- Conseguiremos captar mayor atención, puesto que eliminamos otros estímulos del ambiente.
3- Fomenta la escucha activa, el niño forma parte de la conversación.
4- Ayuda a que el niño pueda expresarse con mayor facilidad, sabe que le estás prestando atención y que lo que te está diciendo te importa.
5- Promueve las habilidades de comunicación.
6- Facilita el contacto visual. La mirada forma parte de la comunicación no verbal, y como todos sabemos, en ocasiones una mirada dice más que mil palabras.
7- Hablar a la altura del niño nos permite empatizar más con ellos.
8- Fortalece vínculos.
¿Y todo eso junto qué hace? Que la comunicación con nuestros niños sea mucho más fluida, sencilla y efectiva tanto a nivel lingüístico como emocional.
¿Qué os parece si hacemos la prueba y nos acercamos más a la altura de nuestros peques para escuchar y hablar más a gusto? Si queréis, luego me contáis la experiencia.
Sandra Jorge, Terapeuta Ocupacional,
Especialista en At. Temprana